83 Grados Extremo Norte Spitsbergen

Se encuentra en Longyearbyen, el centro administrativo de Spitsbergen, la mayor isla del archipiélago de Svalbard. Disfrute paseando por esta antigua ciudad minera, cuya iglesia parroquial y el Museo de Svalbard constituyen atracciones fascinantes. Aunque el paisaje parece austero, aquí se han registrado más de cien especies vegetales. Al atardecer, el barco zarpará de Isfjorden, donde podrá avistar el primer rorcual aliblanco de su viaje.

Kongsfjorden y Blomstrandhalvøya

Blomstrandhalvøya, situada en el lado norte del fiordo, ofrece refugio y la oportunidad de cambiar de planes si cambia el tiempo. Por la tarde, visitará Ny Ålesund, uno de los asentamientos más septentrionales de la Tierra. Ny Ålesund, que en su día fue un pueblo minero al que llegaba el ferrocarril más septentrional del mundo -las vías aún son visibles-, es ahora un centro de investigación.

Si le interesa la historia de la exploración ártica, visite el mástil de anclaje utilizado por los exploradores polares Amundsen y Nobile en sus dirigibles Norge (1926) e Italia (1928). Por la tarde, nos dirigiremos hacia el norte a lo largo de la costa, en busca de ballenas.

El inmenso glaciar de Mónaco

Dependiendo del tiempo, podrá navegar hasta Liefdefjorden, desembarcar en Texas Bar y navegar a la vista de la cara de 5 kilómetros de largo (3,1 millas) del escarpado glaciar Mónaco. Las aguas frente a este glaciar son el lugar favorito de alimentación de miles de gaviotas tridáctilas, y la base del hielo es un popular coto de caza de osos polares. Otra posibilidad es la desembocadura del Wijdefjorden, que ofrece tanto el paisaje de la tundra como el frente glaciar de Nordbreen.

O Sorgfjord, un recuerdo de tiempos difíciles

Puede dirigirse a Sorgfjord, con barcos franceses y holandeses hundidos (siglo XVII) que yacen bajo la superficie. Tiene la oportunidad de encontrar una manada de Morsas en algún lugar al oeste de las tumbas de los balleneros del siglo XVII en Eolusneset. Un paseo por la naturaleza puede acercarle a familias de petreles. La orilla opuesta del fiordo, en Heclahamna, es también una hermosa zona para una excursión en una región semidesértica.

Una parada en las Siete Islas

En Phippsøya, en las Siete Islas, se llega a unos 80° 30' norte, a sólo 870 km (540 millas) del Polo Norte geográfico. En esta región habitan osos polares y morsas. Desde aquí, el barco navega hacia el noreste, en dirección a la banquisa.

El punto más septentrional a 83 Norte

Al anochecer, esperamos llegar al punto más septentrional, al borde del hielo marino o adentrándonos en él. El paisaje dentro de la banquisa es un mundo hermoso y conmovedor. En esta latitud, se abre camino desde la cuenca polar hacia el suroeste y hacia el sur a lo largo de la costa de Groenlandia.

En los confines del hielo marino

Navegando hacia el suroeste a lo largo del hielo marino, y a veces dentro de él, disfrutaremos de fantásticas oportunidades de ver osos, focas, varias especies de ballenas y, a veces, incluso el visualmente llamativo narval. En viajes anteriores por esta zona, incluso nos hemos encontrado con Gaviotas rosadas, que invernan en el Mar Polar.

Balleneros del pasado

En Zeeuwse Uitkijk, en Ytre Norskøya, se encuentran los restos de una estación ballenera. Aquí, en otro tiempo el puesto más septentrional de Europa, los balleneros holandeses procesaban la grasa de ballena y enterraban a sus muertos. No se nos permite visitar las inmediaciones de sus tumbas, pero podemos caminar hasta la cima de la isla, que ofrece espléndidas vistas del mar abierto y de la colonia de gaviota tridáctila del lado este.

Un lugar alternativo para este desembarco podría ser Smeerenburg, un antiguo asentamiento ballenero importante. Allí se pueden ver muchas reliquias de esta época, incluidos los tryworks.

Flora, fauna e inquietante historia de Bell Sund

Hoy se encuentra en Bell Sund, uno de los mayores sistemas de fiordos de Svalbard. Las corrientes oceánicas hacen que esta zona sea ligeramente más cálida que otras del archipiélago, lo que se refleja en una vegetación relativamente exuberante. Aquí hay excelentes oportunidades para disfrutar tanto de la historia como de la vida salvaje. Una posibilidad es Ahlstrandhalvøya; en la desembocadura del fiordo Van Keulenfjorden, puede descubrir pilas de esqueletos de belugas. Estos restos de la matanza de ballenas del siglo XIX son un inquietante recordatorio de las consecuencias de la explotación desenfrenada. Afortunadamente, las belugas no fueron cazadas hasta su extinción, y hay muchas posibilidades de cruzarse con una manada. Si lo prefiere, mientras navega por los fiordos laterales de Bellsund, podrá explorar la tundra, una de las zonas favoritas de alimentación de los renos.