Dos mil pies por debajo de la superficie del Océano Antártico, en la zona bentónica, habita una criatura de aspecto ancestral con cuatro antenas, dos pares de mandíbulas, placas en la espalda y varios pares de patas espinosas. Su aspecto intimida, pero los isópodos gigantes antárticos (Glyptonotus antarcticus) son animales relativamente inofensivos que están mucho más interesados en encontrar su próxima comida que en cualquier otra cosa.
Hay muchas especies de isópodos en el mundo, pero los que verá durante su crucero por la Antártida han evolucionado para vivir en un entorno muy particular. Un frío glacial con muy poca luz no es muy atractivo para la mayoría de las especies de aguas profundas, pero es perfecto para estas extrañas criaturas.
"Gigante" es una exageración
Por término medio, el isópodo gigante antártico alcanza los 9 cm de longitud. Esto puede no parecer muy grande, pero factores como los bajos niveles de luz, el agua helada y la falta de oxígeno impiden que estos isópodos crezcan mucho. Se sabe que otras especies de isópodos, como el isópodo gigante, alcanzan los 40 cm de longitud
Los isópodos gigantes antárticos se alimentan casi exclusivamente de carroña
Los isópodos son carroñeros oportunistas, lo que significa que comen casi cualquier cosa que se cruce en su camino, sin importar cuánto tiempo lleve muerta. Todo lo que llega a su vecindario, en la zona bentónica, es comida segura, siempre que no haya competencia. Cuando hay comida disponible, los isópodos se atiborran para asegurarse de que tienen suficiente para sobrevivir hasta la próxima comida. Como se alimentan en el fondo y son carroñeros, es posible que tengan que esperar un tiempo hasta que algo acabe tan abajo en el océano. Además de carroña, también se ha observado que los isópodos se dan un festín con pequeñas presas marinas, como esponjas jóvenes y peces pequeños.
Su metabolismo es extremadamente lento
Vivir a 600 metros de profundidad tiene sus inconvenientes. Dado que la comida puede escasear a estas profundidades, los isópodos dependen de su metabolismo impresionantemente lento para sobrevivir. Esto significa limitar al máximo sus movimientos corporales y no gastar energía a menos que encuentren comida o un depredador. Un metabolismo lento puede ser muy útil cuando escasea la comida, y se ha observado que los isópodos pasan ocho semanas enteras sin necesidad de comer.
Aquí no hay bichos
No se deje engañar por su aspecto. Los isópodos pueden parecer insectos de jardín, pero pertenecen a un grupo de organismos muy diverso llamado "crustáceos" y están más emparentados con los cangrejos, las gambas y las chinches que con cualquier insecto.
Los isópodos gigantes antárticos son hábiles nadadores
Además de nadar erguido y recto como una criatura marina normal, el isópodo gigante antártico también puede nadar cabeza abajo, ¡y lo hace con gran gusto! Los científicos no están seguros de por qué muestran este comportamiento, pero está muy bien documentado.
Las antenas marcan el camino
Para guiarse por las turbias profundidades del océano, los isópodos gigantes cuentan con dos pares de antenas. Además, tienen dos grandes ojos compuestos fijos, muy parecidos a los de los insectos, que les ayudan a orientarse en su oscuro entorno. Sin embargo, según los investigadores, estos ojos son más ornamentales que otra cosa y no les ayudan necesariamente a ver. Incluso con estos ojos altamente especializados, su visión es muy pobre, gracias a su entorno sin luz.
Incluso con una visión deficiente, sus ojos brillan
Si les da la luz en los ojos, una parte del ojo llamada tapetum, situada en la parte posterior de la retina, refleja la luz visible a través de la retina, creando un efecto brillante. El tapetum ha evolucionado en muchas especies diferentes de animales y sirve para ayudar a la visión en condiciones de poca luz.
Para disuadir a los depredadores, los isópodos gigantes antárticos se enrollan en una bola
Al igual que sus primos, los bichos píldora, los isópodos se enrollan en una bola cuando se enfrentan a un depredador. Sólo cuando están seguros de que el depredador se ha ido, se desenrollan. Si sus duros segmentos externos no les protegen de la depredación, siempre pueden recurrir a sus cuatro pares de afiladas mandíbulas, diseñadas para desgarrar a sus presas. Teniendo en cuenta su tamaño, número de mandíbulas y dieta en general, el isópodo no parece una presa muy atractiva.
...O advierten con sus patas
Puede resultar difícil maniobrar con tres pares de patas pequeñas y cuatro pares de patas grandes y espinosas. El único momento en que resulta útil tener tantas patas es cuando se presenta un depredador. En este caso, el isópodo levantará sus patas en el aire y tratará de parecer tan grande y peligroso como sea posible. Con suerte, esta exhibición hace que un depredador potencial reconsidere su decisión.
Las hembras protegen los huevos
Los isópodos no sólo tienen los huevos más grandes de todos los invertebrados marinos, con 1,3 cm de longitud, sino que la hembra los lleva consigo en una "bolsa de cría" especial hasta que las crías están listas para eclosionar. Para minimizar las amenazas de los depredadores, las hembras se entierran en los fondos blandos y arenosos del océano y se sientan con sus huevos hasta que están completamente desarrollados. Este es un momento en el que tener un metabolismo lento resulta muy útil.