Ártico y Antártida en bota, esquí, montaña y mar
Si alguna vez te encuentras perdido en un país nevado, helado y completamente inhóspito, como en la última película de supervivencia, no suspires por Robert Redford, Anthony Hopkins o Mads Mikkelson, por muy agradable que sea su compañía.
Más bien, reza para que Phil Wickens esté contigo.
Seguro, pondrá tus habilidades al aire libre en vergüenza. Seguro que hará que tu habilidad para caminar en la nieve se parezca a la de Bambi aprendiendo a andar. Pero cuando eres un veterano líder de expediciones, esquiador de montaña y guía turístico de senderismo, se te puede perdonar que la mayoría de nosotros parezcamos tan naturales en la naturaleza como un parquímetro digital.
Hemos pasado un rato hablando con Wickens para saber cómo lo hace y, lo que es más importante, cómo consigue que parezca tan exasperantemente fácil.
Por favor, dinos que te llevó mucho tiempo conseguir un trabajo tan genial como el tuyo.
Bueno, más o menos.
Entonces sólo estamos un poco celosos. ¿Desde cuándo es guía de esquí en cruceros de expedición al Ártico y la Antártida?
Llevo guiando viajes desde que tenía 18 años, y ahora me siento muy privilegiado de dirigir no sólo viajes de esquí de travesía y senderismo para Oceanwide, sino viajes de esquí de travesía y senderismo en sus veleros históricos, el Noorderlicht y el Rembrandt van Rijn.
¿Siempre se ha dedicado al esquí de travesía o empezó con otra actividad?
Como muchos saben, mi mayor pasión es el esquí de montaña.
Después de terminar mi doctorado en Biología, trabajé como guía de campo en el British Antarctic Survey. Ya tenía mucha experiencia dirigiendo expediciones de montañismo a zonas remotas del Himalaya y había completado la primera travesía en esquí del Cáucaso.
Así que guiar a científicos en la inmensidad glaciar de la Antártida era la combinación perfecta de ciencia y aventura.
¿Cuándo entró en escena la OEX?
Empecé con Oceanwide a petición de un grupo de estudiantes chinos. Había trabajado con este grupo en el pasado para otro operador, y me pidieron que fuera su jefe de expedición. Era un programa en el que realmente creía.
No estuvo exento de dificultades, por supuesto, pero fue inmensamente gratificante. Y los niños se beneficiaron enormemente de los aspectos culturales y educativos de su viaje.
Después de todos estos años, ¿el esquí polar se convierte en algo rutinario?
Cada día que me pongo los esquís y salgo es mi día favorito
Cuando dirijo grupos, me centro mucho en su experiencia y su seguridad, así que si volvemos al barco y todo el mundo está contento y cansado, entonces he logrado mi objetivo.
Entre el Ártico y la Antártida, ¿algún lugar favorito para esquiar?
Si tuviera que elegir una zona favorita de Svalbard, sería el interior del fiordo Krossfjord. Las montañas son escarpadas y alpinas, los glaciares muy espectaculares, y suele tener una de las mejores nieves que he esquiado en el Ártico.
En la Antártida tengo muchos favoritos: he coronado más de 100 montañas, así que hay mucho donde elegir. Pero el primero de mi lista es el monte Francais, porque ofrece un descenso en esquí de más de 2.000 metros y unas vistas increíbles.
También me encantan las montañas situadas por encima de Cierva Cove, por la cantidad de picos y la belleza de las líneas de la cordillera.
¿Qué es lo bueno y lo malo del esquí de montaña?
Me gusta cuando la gente experimenta y aprecia lo que me gusta de las montañas de las regiones polares, cuando la gente se detiene a contemplar una vista y no encuentra palabras para describirla.
En otras palabras, los momentos "wow".
Una vez, sin embargo, tuve que compartir camarote con un guía islandés que dormía con pescado seco bajo la almohada. Pensé que le pasaba algo en los pies
Eso se puede entender cuando tu trabajo es hacer senderismo y esquiar.
Entendido, sí. Ignorado, no.
Definitivamente suficiente para darte pesadillas. ¿Podemos suponer que tanto esquiar te permite pasar por alto tales giros del destino - o del pie?
Completamente.
Lo que hace que el esquí y la escalada en el Ártico y la Antártida sean tan diferentes es la combinación de esquiar desde el mar y estar en una zona salvaje verdaderamente remota y desprovista de árboles. Hay una sensación especial de intemporalidad y espacio que parece exclusiva de las regiones polares.
Además, esquiar y escalar en la Antártida es increíblemente espectacular.
Es como esquiar a 7.000 metros en el Himalaya, pero sin los efectos de la altitud, ¡y con pingüinos por todas partes!
¿Cuáles han sido los momentos más destacados de sus años de esquí en el Ártico y la Antártida?
Planifico y preparo mis excursiones hasta el último detalle, para minimizar los imprevistos. Pero aún así tenemos encuentros con la vida salvaje que nunca se pueden planificar.
Estar rodeado de media docena de antílopes machos al final de una pausa para comer (porque yo estaba sacando nieve de un vaso de plástico, lo que les sonó a antílopes machos territoriales), fue para recordar.
Y estar rodeado de 200 ballenas beluga después de un estupendo día de esquí fue otra.
Y compartir una excursión con un oso polar macho que mostró tanto interés por nosotros que tuve que animarle a que se fuera a otra parte, ¡fue sin duda un momento inolvidable!
Probablemente sólo quería unirse a la diversión.
Puede que tengas razón, aunque algo me dice que nos llevábamos mejor cada uno por nuestro lado. No es que no entienda su interés.
