Fecha: |
14.06.2024 |
Posición: |
79° 53,1' N 017° 42,2' E |
Viento: |
W5 |
Clima: |
Nublado |
Temperatura del Aire: |
0 |
El Hondius navegó durante la noche hacia el noroeste de Svalbard y fondeó en el estrecho de Hinlopen para explorar por la mañana los acantilados de Alkefjellet. A pesar de que el viento arreciaba, nuestra emoción por el crucero en zodiac por estos magníficos acantilados de aves era palpable. Los dramáticos acantilados de dolerita de Alkefjellet se elevan 150 metros directamente desde el mar, repletos de aves marinas como araos aliblancos y araos de Brünnich, creando una vista espectacular.
Después del desayuno, el viento y el oleaje se habían intensificado. El equipo de expedición se aventuró con dos zodiacs para evaluar las condiciones, sorteando olas altas y salpicándose en el proceso. Con las olas chocando contra la pasarela, el jefe de expedición Jerry decidió que era más seguro navegar con el Hondius más allá de los acantilados de aves. Mientras el capitán Arthur navegaba con el Hondius, disfrutamos de unas vistas impresionantes de la geología y de miles de aves posadas en los acantilados, utilizando telescopios para verlas de cerca que nos arrancaron grandes sonrisas.
Continuando nuestro viaje, el Hondius zarpó hacia el siguiente destino mientras Laurence daba una esclarecedora conferencia sobre glaciología. Explicó que Svalbard es un laboratorio natural de glaciología, con el 59% del archipiélago cubierto de hielo, que presenta diferentes tipos de glaciares y casquetes polares. Aprendimos que el hielo más antiguo de la Tierra está en la Antártida, con más de 2 millones de años, mientras que el más joven sólo tiene 20 años en el Monte Santa Helena. Al escuchar la explicación de Laurence sobre el deshielo, nos dimos cuenta de que en 2100 el nivel del mar habrá subido más de 50 metros. Nos hizo darnos cuenta de que nuestros nietos no vivirán el Ártico como nosotros lo vemos hoy y tendrán que adaptarse a una nueva realidad.
Para el almuerzo, el jefe de cocina Ralf y su equipo prepararon una comida deliciosa con opciones para todos los gustos. Mientras navegábamos hacia nuestro destino vespertino, Sorgfjorden, el viento arreció y apareció un poco de niebla. El equipo de expedición escudriñó diligentemente el horizonte en busca de osos. Una vez que fue seguro, recibimos luz verde para salir a nuestras actividades de la tarde, que incluían un desembarco dividido y un crucero en zodiac.
Eolusneset, aún cubierto de nieve, ofrecía vistas asombrosas e hitos históricos. Subimos hasta un mirador donde se alza una alta cruz, erigida en 1855 por el patrón C. Holmgren en memoria de los balleneros caídos. Contrariamente a lo que se creía, las tumbas de la zona no estaban relacionadas con una batalla naval en Sorgfjorden, sino que eran un cementerio de balleneros de los siglos XVII y XVIII. Esta fascinante historia añadió profundidad a nuestra aventura mientras explorábamos la zona.
Durante el crucero en zodiac, nuestros guías nos llevaron por Sorgfjorden, donde nos maravillamos con las montañas y avistamos renos y Correlimos oscuros a lo largo de la costa. En tierra, cerca de las tumbas de los balleneros, nos encantó ver un Zorro ártico, todavía con su pelaje de invierno y mostrando un poco de su pelaje de verano. Este curioso zorro se aseguró de echar un vistazo a todos los nuevos visitantes de su territorio, y todos nos quedamos admirados ante este tesoro ártico.
La noche concluyó con nuestro resumen diario, en el que el jefe de expedición Jerry compartió los planes para el día siguiente. Marco nos habló de la geología de Alkefjellet y Meike del ciclo vital de los araos de Brünnich que crían en los acantilados. Esta sesión informativa redondeó un día lleno de exploración y aprendizaje.
Terminamos el día con una deliciosa cena preparada por el Chef Ralf y el legendario pastel de chocolate de postre, listos para dormir bien después de un día lleno de aventuras, anticipando con impaciencia lo que nos depararía el mañana.