En septiembre de 2024, bajo un cielo azul brillante y entre los vivos colores del otoño, el m/v Ortelius navegó hacia el magnífico Scoresby Sund en un viaje de 8 noches centrado específicamente en dar a los huéspedes la oportunidad de hacer "largas caminatas". Este viaje, centrado en largas caminatas, no sólo proporcionó una experiencia única de senderismo en el Ártico, sino que conectó a los huéspedes con la naturaleza de formas que antes no habían creído posibles y les hizo sentirse de nuevo en el vasto mundo que durante milenios, como especie, hemos llamado hogar a un nivel mucho más profundo.
"Estar aquí es como estar en ese libro mágico que leías de niño" - Greg Roliardi, Long Hiker
Los excursionistas de Oceanwide Expeditions pasaron días enteros lejos del barco, aventurándose en la tundra ondulada y en la cima de afloramientos rocosos cubiertos de nieve, bajo hermosos cielos azules y a la sombra de picos nevados e inmensos glaciares. A lo largo de tres días, los excursionistas exploraron las laderas de Milne Land en Ikasakajip Nua, se adentraron en la tundra otoñal entre Harefjord y Rypefjord, y atravesaron las ondulantes llanuras desoladas de Jameson Land.
La experiencia de una larga caminata con Oceanwide Expeditions
En todos los viajes de Oceanwide Expeditions, los huéspedes pueden poner tierra bajo sus pies y explorar los paisajes de las regiones polares a través de paseos, caminatas y desembarcos perimetrales de distancias y tamaños variables. En el Ártico, es posible realizar caminatas lejos de los lugares de desembarco con más frecuencia que en la Antártida, donde el terreno glaciar y las pendientes inescalables limitan a menudo hasta qué punto pueden explorar los huéspedes.
Por lo general, se pueden esperar paseos por la playa y caminatas algo más largas en bucles cortos. Estas caminatas ganan elevación y ofrecen la oportunidad de encontrar fauna y explorar más allá de los límites del barco y las zodiacs. Sea cual sea la duración, estas excursiones a pie siempre son dirigidas por guías en zonas previamente exploradas y regresan a la misma zona de desembarco.
Foto de Marco Rosso
En Scoresby Sund, los huéspedes experimentaron algo diferente. Junto con sus guías, pasaron el mayor tiempo posible lejos del barco, caminando desde el lugar de desembarco por terrenos difíciles y terminando la ruta en un lugar diferente. De este modo, los participantes en las largas caminatas se sumergían en el entorno durante un día entero, en lugar de en períodos más cortos. Este concepto fue un gran atractivo para Greg Roliardi, un huésped de la Expedición Oceanwide de Wisconsin (EE UU).
"Ha sido muy emocionante no sólo navegar y ver la inmensidad de esta zona, sino también salir y experimentarla", afirma. dice. "Encontrarse con más de 60 bueyes almizcleros y saber que para ellos es una experiencia nueva vernos, como lo es para nosotros verlos a ellos, me deja alucinado. Es como explorar este lugar por primera vez".
Reconectar a nivel humano: auténtica inmersión ártica
Durante el viaje se realizaron tres largas caminatas, cada una de las cuales ofreció a los huéspedes una visión diferente de los variados paisajes árticos de Scoresby Sund. Esta zona es de una escala inmensa y mucho más significativa de lo que parece a primera vista. Desde la cubierta de Ortelius, las montañas son impresionantes y los glaciares parecen enormes. Sin embargo, no es hasta que uno se aleja del barco, en lo alto de una ladera ondulada o con vistas a un fiordo a la sombra de una montaña, cuando se puede apreciar realmente la inmensidad de la naturaleza salvaje que nos rodea.
Una cosa es contemplar un paisaje espectacular desde la cubierta del Ortelius o a bordo de una zodiac. Otra cosa es encontrarse en medio de un paisaje ancestral, sin nada más que naturaleza salvaje visible en cualquier dirección. En una larga caminata, se recupera el vínculo con nuestra conexión humana innata con el mundo natural, sin ningún vínculo con la modernidad más allá de las cámaras del grupo. Una vez que el barco se pierde de vista tras una cumbre o una ladera, uno forma parte del entorno.
Foto de Marco Rosso
Esta sensación conmovió a muchos de los excursionistas, incluido Greg: "Creo que es la naturaleza más salvaje que he visto nunca", afirma , "Aquí no veo ningún rastro de seres humanos, excepto el barco; ni siquiera hay señales de aviones por encima. Aquí puedo pasear, no veo basura, no oigo ruido de fondo y no veo ninguna señal de actividad humana aparte del grupo de excursionistas. Es increíble".
Belleza en los detalles, inspiración en la naturaleza salvaje
Las tres largas caminatas del viaje duraban entre 5 y 6 horas, por lo que los participantes tuvieron muchas oportunidades de empaparse de la variedad de paisajes, desde el amplio Øfjord, lleno de icebergs, Harefjord, Rypefjord y Rodefjord, hasta la extensa tundra de colores que tapiza el cabo Hofmann Halvø y los elevados picos escarpados que lo rodean todo bajo un cielo azul brillante.
estar ahí fuera, en la inmensa tundra, compartiendo ese espacio con el buey almizclero, es simplemente maravilloso", dice Charlotte Taplin, Guía de Expediciones de Oceanwide Expeditions, "ya sabes, formas parte de ese entorno durante un tiempo; la fauna que vemos puede alejarse o quedarse contigo, y ese elemento de lo desconocido hace que los periodos más largos lejos del barco sean tan especiales". "Para algunos, la belleza más extraordinaria reside en los detalles, desde las arremolinadas formaciones geológicas hasta los diminutos brotes de vida en cada centímetro de tundra. " Durante las caminatas, siempre voy detrás, no porque sea lento, sino porque me fijo en las plantas y las flores, examino los pétalos y cómo crecen las cosas", añade Greg. " Son estos detalles los que añaden una capa extra a todo, y a menudo, sólo tenía que pararme y mirar, sólo para asimilarlo todo".
Foto de Marco Rosso
En esta época del año, la tundra es especialmente hermosa, con plantas como el sauce enano, el abedul, el liquen de los renos, la hierba algodonosa y diversos musgos que cubren el paisaje de vivos colores. Bajo los pies, las hojas y ramas secas crujen y crepitan, mientras el musgo florece entre charcos de agua y huecos helados en la roca. Este paisaje se mostró en todo su esplendor durante la segunda excursión del viaje: una larga travesía del cabo Hofmann Halvø, una península situada entre Harefjord y Rypefjord. "Estoy muy contento de haber podido hacer estas excursiones y de que hayan sido tan frecuentes", añade Greg. "Al principio pensé que era cosa de un solo día, así que me alegró volver a salir el segundo día, pasar más tiempo lejos del barco, bajar y ver los detalles, extender la mano y tocar las cosas. La tundra es muy especial".
Son paisajes ancestrales forjados por una increíble actividad geológica y la fuerza del calor y el hielo. Y no sólo lo parecen; Scoresby Sund se siente antigua. En la tundra, uno se siente transportado al mundo tal y como era antes, y darse cuenta de que la vida aquí no ha cambiado en milenios da que pensar: "Lo pienso a menudo mientras hago senderismo ", coincide Greg: "¿Cuántas veces ha tocado o visto un ser humano estas piedras y rocas que tengo a mis pies, o ha escalado o mirado esa pared rocosa? ¿Con qué frecuencia esos bueyes almizcleros o liebres árticas están expuestos a la vida humana, sobre todo en el mundo moderno? Aquí, yo podría coger una roca y muy probablemente ser el primer humano en entrar en contacto con ella".
Recuerdos únicos de un mundo único
Para cada excursionista, la experiencia significó algo diferente. Para algunos, el silencio absoluto del entorno supuso un contraste increíble con el mundo moderno que habían dejado atrás. Para otros, en cambio, los vivos tonos naranjas, rojos, marrones y amarillos de la tundra otoñal eran un espectáculo sin precedentes. Para otros, el relativo vacío de la tierra que les rodeaba en esta época del año despertaba su imaginación.
Muchas aves ya han emigrado hacia el sur en previsión del invierno, y las focas y los osos polares esperan la llegada del hielo marino y, con él, la abundancia de alimentos. En la Tierra de Jameson, la austeridad del paisaje era especialmente evidente, con sólo los gritos solitarios de los cuervos y los huesos dispersos de los bueyes almizcleros como recuerdo de la vida entre los campos de algodoncillo y el suelo pantanoso.
En las tres excursiones, sólo las magníficas manadas de bueyes almizcleros, el destello de una liebre ártica o la forma agazapada de un zorro ártico rompían la quietud del mundo de los excursionistas, con el grito ocasional de un ave marina o el aleteo frenético de un Lagópodo alpino en la maleza. A medida que se elevaban en Milne Land, el viento soplaba desde Øfjord, pero por lo demás, el tapiz de icebergs, montañas y rocas permanecía silencioso, quieto y perdurable.
En el cabo Hofmann Halvø, el día era fresco y tranquilo. Incluso el buey almizclero se movía en silencio por la tundra, con el único sonido del crujido de las hojas bajo los pies o el susurro ocasional de la correa de una mochila. Los lagos y fiordos reflejaban a la perfección las montañas y colinas, sin que su superficie se viera alterada por el más mínimo soplo de viento.
Otros encontraron la mayor belleza en la naturaleza en su forma más auténtica: las montañas que se alzan, escarpadas, cubiertas de nieve e imponentes, la mayoría sin nombre, el pico en espiral de Grundtvigskirken, que domina el Øfjord, una notable excepción, ocultando a la vista otras extensiones de naturaleza glaciar. En las profundas hendiduras excavadas por los glaciares a medida que serpenteaban hacia arriba y alrededor de los picos, se vislumbraba este mundo helado.
Abajo, los glaciares se hundían en innumerables fiordos, creando grandes flotillas de icebergs que se alejaban lentamente de las vastas laderas de hielo procedentes del núcleo helado de Groenlandia. Sobre todo, al caer el día y llegar la noche, las estrellas iluminan por millones este mundo intacto, brillantemente luminoso y libre de cualquier forma de intrusión moderna o contaminación lumínica. En las noches oscuras, todas las noches de este viaje, la etérea aurora danza por encima de las oscuras montañas, tejiendo fantásticos tapices de luz en un cielo que no ha cambiado en siglos. En los fríos y despejados días de invierno, quienes hayan experimentado largas caminatas en Scoresby Sund se encontrarán transportados de nuevo a las silenciosas laderas del Ártico, perdidos en el sueño de un mundo que es como siempre ha sido y, quizá, siempre será.
Mientras que un crucero de expedición le lleva a algunos de los lugares más bellos, inspiradores y transformadores de la Tierra, una larga caminata en el corazón de esos parajes le transporta por completo al paisaje polar, como un pequeño punto humano en un vasto mundo salvaje.
