Fecha: | 28.06.2019 |
Posición: | 78°13'.62 N, 015°38'.50 E |
Viento: | SE 2 |
Clima: | Nublado |
Temperatura del Aire: | +3 |
Por fin había llegado el tan esperado día de la partida. Para muchos de nosotros, hoy significaba la culminación del sueño de toda una vida. El día empezó radiante en Longyearbyen, pero desgraciadamente el sol duró poco y pronto cambió por nubes y una ligera brisa. Desde que John Munro Longyear fundó Longyearbyen en 1906 como asentamiento minero de carbón, ha sido el punto de partida de muchas expediciones históricas y pioneras. La ciudad tiene una población permanente de unos 2.200 habitantes, pero este número aumenta considerablemente durante el verano con la llegada de miles de turistas de cruceros dispuestos a explorar el archipiélago de Svalbard. A las 16:00 nos reunimos en el pequeño muelle donde los miembros del equipo de la Expedición se ocuparon del equipaje y repartieron los chalecos salvavidas listos para el corto viaje en zodiac hasta el centro del fiordo donde estaba anclado el m/v Hondius. En la recepción nos recibió el equipo del hotel, que nos registró e indicó nuestros camarotes. Después, la mayoría nos dirigimos a las cubiertas exteriores para disfrutar de las vistas o al bar para tomar una taza de té o café, donde charlamos animadamente con otros pasajeros y el personal sobre los próximos días. A las 17:30 se nos pidió que nos reuniéramos en el salón para recibir una charla de bienvenida del Jefe de Expedición, Raphaël, y de Michael, el Director del Hotel. A continuación, el Oficial Jefe, Mindaugas, nos informó sobre la seguridad del barco y sobre cómo prepararnos para abandonar el barco en caso de que se produjera el peor incidente a bordo. Poco después llegó el momento del simulacro de seguridad obligatorio, así que recogimos nuestros chalecos salvavidas y trajes de inmersión naranja SOLAS de nuestros camarotes y nos reunimos en los puestos de reunión designados. Tras pasar lista electrónicamente para asegurarnos de que todo el mundo estaba allí, nos acompañaron al exterior para echar un vistazo a los botes salvavidas, pero nos quedamos con la seguridad de que no tendríamos motivos para volver a hacerlo en los próximos 7 días Una vez concluidas las instrucciones de seguridad obligatorias, levamos el ancla y zarpamos a través de Isfjord. Poco después nos invitaron al comedor para disfrutar de la primera de muchas deliciosas comidas a bordo, preparadas por el jefe de cocina Ralf y su equipo. En el comedor se respiraba un gran ambiente, mientras nos conocíamos y hablábamos de nuestras esperanzas y aspiraciones para este viaje. Cuando salimos a mar abierto después de la cena, había muchas aves alrededor del barco, así que muchos se abrigaron bien y salieron al exterior. Los aficionados a la ornitología del grupo se alegraron de ver sus primeros Frailecillos atlánticos del viaje junto con muchos Araos aliblancos, Araos aliblancos y Fulmar boreales. Por fin, cansados de nuestros viajes, nos retiramos a nuestros camarotes para descansar y prepararnos para el primer día completo de nuestra aventura polar.