PLA31-23, diario de viaje, Antártida - Basecamp

Por fin llegó el día de comenzar nuestra aventura única en la vida Muchos de nosotros hemos esperado este día durante mucho tiempo. Embarcamos en el pequeño Plancius azul y blanco, nuestro hogar durante los próximos 12 días, alrededor de las 4 de la tarde. Fue un día fabuloso en Ushuaia, el sol se vio interrumpido por la lluvia y pudimos observar fantásticos arco iris por la zona.

Fuimos recibidos por el Equipo de Expedición y el Equipo del Hotel en la pasarela del Plancius. Después de que nos mostraran nuestras habitaciones, empezamos a explorar el barco y nuestro nuevo entorno, pronto siguió la sesión informativa para el simulacro de seguridad obligatorio y el simulacro en sí. Fue interesante ver a los 100 compañeros de viaje con los voluminosos chalecos salvavidas naranjas.

Antes de la cena, Claudio, nuestro jefe de expedición, nos invitó al salón, donde repasamos información básica sobre la vida en el Plancius, el plan general del viaje y la previsión meteorológica para los próximos días. Volodymyr, nuestro Director de Hotel, nos dio consejos útiles sobre los aspectos prácticos de la vida a bordo. También conocimos al capitán Ernesto y tomamos una copa para celebrar el próximo viaje

Para muchos los días de viaje hasta llegar a la remota ciudad de Ushuaia fueron largos, así que la mayoría nos fuimos a la cama poco después del fantástico buffet, otros disfrutaron aún de las últimas horas del día en el hermoso Canal de Beagle, rumbo al nuevo lugar llamado Antártida.

Cansados y felices, disfrutamos instalándonos en nuestro nuevo hogar temporal y no podemos esperar a las aventuras que comenzarán pronto.

Por la mañana nuestro Jefe de Expedición Claudio nos despertó para nuestro primer día en el famoso Pasaje de Drake. Hoy el Drake no parece un Drake-Shake por suerte. El Plancius se mueve muy suavemente a través del oleaje a pesar de tener bastante viento. Muchos de nosotros vinimos a desayunar y sólo unos pocos decidieron quedarse en la cama debido al mareo.

Ya por la mañana pudimos echar un vistazo a la increíble fauna del Océano Antártico. Vimos los primeros albatros y más tarde los más especiales, el Albatros real meridional y el albatros errante, aves enormes con una envergadura de hasta 3,4 m.

Algunos de nuestros compañeros también avistaron los primeros soplidos de ballena.

Por la mañana conocimos al Equipo de Expedición, que nos hizo una pequeña introducción sobre ellos y sus especialidades... un grupo muy agradable. Después de la introducción, los guías presentaron su actividad. Richard habló y explicó más sobre el montañismo, Paolo anunció el camping en la Antártida y Zet nos dio una buena idea de cómo funciona el kayak.

Fue una mañana ajetreada, pero todos nos sentimos bien, incluso cuando el mar empezó a sacudir un poco más nuestro pequeño Plancius.

Por la tarde tuvimos la oportunidad de apuntarnos a las actividades extra de algunos días. Nos llamaron por grupos con nombres interesantes como Ballenas, Focas, Albatros y Pingüinos. Casi nos sentimos parte de la fauna antártica.

Todo funciona muy bien y sin problemas. Claudio nos llamó antes de la cena para el resumen diario y nos contó más sobre la situación meteorológica para los próximos días, Martin nos dio algunas explicaciones sobre las aves que podríamos observar durante el día y Steffi nos explicó cómo diferentes personas definen las fronteras antárticas.

Tras otra fantástica cena, dejamos que la velada terminara con unas copas en el bar. El primer día de mar ha terminado y no ha estado nada mal.

El segundo día de navegación comenzó con el despertar de Claudio. El mar se movía, pero no tanto como muchos de nosotros esperábamos. Bueno, lo aceptamos, el mareo no es tan divertido.

Durante la mañana nos llamaron a la sala de estar para muchas reuniones informativas obligatorias, pero primero nos presentaron al equipo de expedición. Teníamos 11 guías, 2 de ellos se encargan de montañismo y uno de kayak, pero vimos rápido, casi todo el mundo ayuda con todo. Parecía un buen equipo.

Los briefings que nos dio Claudio incluían el briefing para poder pisar el continente antártico. Se incluyeron muchas cositas, distancias a la fauna, no mear en la orilla y mucho más. Todo estaba muy claro y para terminar el briefing Claudio nos explicó el funcionamiento de la Zodiac.

Una vez hecho esto lo siguiente era la bioseguridad. Para no introducir especies exóticas o enfermedades en la Antártida todo nuestro equipo exterior debía estar limpio y los zapatos desinfectados después y antes de cada aterrizaje. El personal de la expedición nos ayudó a limpiar nuestro equipo, lo llamaron la "fiesta de la aspiradora", nunca pensamos que limpiar con aspiradora pudiera ser divertido.

Además, el día transcurrió muy bien, vimos muchas aves marinas, conocimos a nuestros compañeros de viaje y disfrutamos de la estupenda comida preparada por el jefe de cocina Khabir y su equipo. Hoy no estamos tan mal, pero nos emocionamos más cuanto más nos acercamos al continente tan al sur.

¡Buenos días y bienvenidos a la Antártida! Nos despertamos rodeados de glaciares en la isla Cuverville. Después de desayunar llegó el momento de ponernos los chalecos salvavidas, con la ayuda del médico, y subirnos a una zodiac para ir a la orilla.

Inmediatamente nos recibieron unos esponjosos Pingüinos juanitos mudando las alas para acelerar la muda, ¡muy monos! Tuvimos que tener mucho cuidado con los pingüinos en muda, ya que no pueden nadar durante ese periodo, por lo que son muy vulnerables. También fue nuestro primer encuentro con el agradable olor que rodea a las colonias de pingüinos y con el hecho de que apenas se puede ver roca alguna debajo de toda la caca de pingüino. Como los pingüinos tienen que desplazarse mucho por la zona, crearon una "autopista de pingüinos" a lo largo de la orilla y colina arriba para facilitarles la tarea. Tuvimos que asegurarnos de no bloquear a ningún pingüino mientras estuviera en la autopista. Alternativamente, se creó una autopista humana para llegar a la cima de una colina empinada y resbaladiza, siguiendo postes rojos en la nieve. En la cima encontramos otra colonia de pingüinos posando para nuestras fotos.

Para visitar un monumento conmemorativo de una antigua estación de investigación se creó una "carretera humana", pero desgraciadamente no muchos de nosotros pudimos ir hasta allí, ya que el viento se levantó muy rápidamente y el hielo se adentraba en la orilla. El capitán nos llamó para que volviéramos al barco en cuanto el hielo empezó a acercarse a él. Las olas eran muy altas y era difícil subir a la pasarela, pero todos regresamos sanos y salvos y no tuvimos que pasar la noche haciendo la cucharita con los pingüinos para mantenernos calientes.

Después de esta primera aventura, un almuerzo caliente fue muy bien recibido. Como por la tarde seguía haciendo mucho viento, pusimos en marcha el plan b y buscamos una zona resguardada en la bahía de Wilhelmina donde pudimos hacer un crucero en zodiac. La bahía estaba llena de glaciares y algunas islas con pingüinos juanitos y lobos marinos. Los pingüinos nadaban entre las zodiacs, saltando dentro y fuera del agua como delfines. Mientras navegábamos por el hielo de los glaciares de regreso al barco, las tres últimas zodiacs vieron de repente una ballena Nos dimos la vuelta y llamamos a las otras zodiacs para que todos pudiéramos ver a la Yubarta hacer sus cosas de ballena cerca del glaciar.

Cuando la ballena se alejó, admiramos de cerca un enorme iceberg con forma de dragón antes de volver al barco. Mientras tomábamos un café y un pastel para entrar en calor, avistamos más Yubartas increíblemente cerca del barco. No paraban de mostrar la aleta caudal y nos ofrecieron un espectáculo mágico y un final increíble para nuestro primer día en la Antártida

Esta mañana nos hemos despertado con nieve horizontal y fuertes vientos. Las cubiertas estaban cubiertas de nieve, por lo que era peligroso estar fuera. El desayuno era a las 7.30 y eso dio tiempo a nuestra intrépida tripulación a limpiar la nieve de las cubiertas.

Debido a las adversas condiciones meteorológicas, los planes cambiaban constantemente y la única opción sensata era esperar a que amainara la tormenta en el relativo refugio de la isla de Danco.

Koen nos ofreció otra fascinante visión del mundo de la fotografía mientras esperábamos a que mejorara el tiempo.

A las 10.30 las cosas empezaban a mejorar y se avistaron ballenas, lo que dio al equipo de expedición y a la tripulación la oportunidad de lanzar las zodiacs, todos tuvimos la oportunidad de bajar del barco y navegar en zodiac por el Canal de Errera.

Inmediatamente se avistaron las Yubartas, y todo el mundo tuvo unas vistas magníficas de las ballenas alimentándose. Con las zodiacs paradas, observamos con asombro a estos enormes animales alimentándose. También vimos una mezcla de Focas y Pingüinos juanitos junto con los magníficos paisajes terrestres y helados que nos rodeaban.

Volvimos al barco para otro delicioso almuerzo, mientras comíamos el barco estaba siendo reposicionado en el puerto de Paraíso para nuestra visita a Stony Point.

A las 14:15 salieron las zodiacs con mucho mejor tiempo. El sol hizo acto de presencia y todo apuntaba a que pasaríamos una tarde estupenda. Una vez en tierra nos dieron la opción de llevar raquetas de nieve o no y luego una caminata cuesta arriba, nuestros guías de montaña trazaron un camino marcado hasta la cima de la colina y a un mirador espectacular. Las vistas en todas direcciones eran sobrecogedoras y dejaron a varios de nosotros boquiabiertos. También tuvimos la oportunidad de hacer otro crucero en zodiac y vimos una Foca cangrejera sobre un témpano de hielo a la deriva. También vimos un buen número de Pingüinos juanitos en una colonia en una pequeña isla frente a Stony Point. Entonces el tiempo cambió, en pocos minutos el viento había aumentado y volvió a nevar horizontalmente. El aumento del viento desplazó el hielo marino y el barco tuvo que reposicionarse en aguas despejadas, todos fueron rápidamente devueltos a la seguridad del barco.

Después de una recapitulación donde Paulo nos explicó sobre el tiempo y Steffi nos contó todo sobre las Algas de Nieve antes de ir a cenar. Se había preparado otra gran comida que fue disfrutada por casi todos. Las excepciones fueron aquellos que decidieron interrumpir la cena para ver la manada de Orcas que había sido vista justo al lado del barco. Todos vimos a la manada acosar a una Yubarta hasta que oscureció demasiado.

Un final interesante para un día fantástico.

Hoy nos despertamos en la estereotipada Antártida. Cuando pensamos en este viaje, la mayoría nos lo imaginamos Montones de hielo flotando sobre aguas azul oscuro, todo rodeado por un anfiteatro de rocas escarpadas y hielo. Tras algunas reflexiones del equipo de exploración, decidimos atravesar el hielo con nuestras zodiacs y, en pequeños grupos, desembarcar en el puerto de Neko, en la costa Danco de la península de Arctowski. Un glaciar cercano requiere especial atención. En cuanto los guías desembarcan para romper el hielo, una manada de Orcas pasa nadando en formación cerrada. ¡Qué espectáculo! Desde el barco podemos verlas explorando el hielo en busca de comida. Aquí caminamos hasta dos miradores y colonias de pingüinos papúa mientras los montañeros se calzan las raquetas y suben con cuerdas hasta un punto mucho más alto, ¡qué suerte tienen! Neko tiene muchas ballenas que podemos ver desde la costa y también podemos disfrutar de un crucero en zodiac para pasar algún tiempo con las ballenas antes de regresar al barco. ¡Mágico!

Volvemos al Plancius para nuestro habitual festín de mediodía mientras navegamos lentamente hacia Paradise Harbour y la estación científica argentina Almirante Brown. El paisaje es impresionante. Mares grasientos, hielo en forma de tortitas y gruesos copos de nieve cayendo a nuestro alrededor hacen que el crucero en zodiac sea muy atmosférico. La visibilidad es muy reducida, y nos movemos en un grupo apretado navegando hábilmente a través de témpanos de hielo, growlers y un mar que se congela rápidamente.

Este año, debido a la normativa COVID, no podemos visitar estaciones científicas, pero tuvimos la suerte de ver a algunos miembros del personal de la base en el muelle y estuvieron encantados de hablarnos de sus investigaciones científicas desde tierra mientras navegábamos a la deriva en nuestras zodiacs. Un gran momento compartido entre todos.

Los montañeros también salieron y tuvimos la recogida más bonita entre la nieve espesa. Una foca leopardo vino a vernos mientras avanzábamos lentamente y nos dio la oportunidad de admirar su tamaño y su actitud confiada. De vuelta al barco, todo son sonrisas. Hoy ha sido un día especial.

Nos levantamos temprano y, por fin, las condiciones meteorológicas eran realmente buenas. El sol empezó a salir por encima de las montañas glaciares que nos rodeaban y la luz era increíble. Rápidamente salimos de la cama y disfrutamos del paisaje con el cielo azul y la luz cambiante antes de desayunar. Mientras desayunábamos, el equipo de la Expedición se dirigía hacia nuestro lugar de aterrizaje para la mañana preparándolo todo.

Cuando llegamos el paisaje era simplemente impresionante, sin viento, cielo azul y finalmente sol. Vaya día. Tuvimos la oportunidad de caminar por un bonito sendero alrededor del aera visitando varios grupos de Pingüinos juanitos y terminando en un mirador super bonito. Pudimos ver las Siete Hermanas y el Pico Jabet por encima de nuestro lugar de aterrizaje. De vuelta al lugar de desembarco visitamos el refugio que mantiene el UK Antarctic Heritage Trust. Se trata del antiguo refugio de emergencia que se utilizaba mientras el glaciar servía de pista de aterrizaje. Utilizando la pista de aterrizaje, los científicos podían abastecerse antes de provisiones y equipos por avión y disponían de una temporada más larga para aprender más sobre el medio ambiente de la Antártida. Como pista de aterrizaje, el glaciar se utilizaba con aviones de nieve. Vimos de cerca la cabaña y nos hicimos una idea de que probablemente también se lo pasaban bastante bien esperando a la siguiente ventana meteorológica para operar los aviones.

Justo cuando empezamos a prepararnos para nuestra famosa zambullida polar, el viento empezó a arreciar. A los verdaderos exploradores no les importa y van de todos modos. Muchos de nosotros nos preparamos, cogimos una toalla, nos pusimos el bañador y saltamos al agua antártica con 0°C de temperatura. Estábamos despiertos y salimos rápidamente del agua para prepararnos y dirigirnos a nuestras duchas calientes. Qué divertido fue observar y escuchar los comentarios mientras nuestros compañeros entraban en las frías aguas. 80 de nosotros fuimos a nadar, eso explica por qué estos grupos son simplemente excepcionales, y todos estamos contentos de formar parte de ellos.

Por la tarde, el plan era visitar Port Lockroy, la oficina de correos más meridional y un monumento histórico gestionado también por el UK Antarctic Heritage Trust. Desgraciadamente la oficina de correos estaba cerrada, el equipo acababa de terminar la temporada justo antes de nuestra llegada. No obstante, nos gustó ver la cabaña marrón y roja y a los pingüinos enanos. Además, tuvimos la oportunidad de hacer un pequeño crucero en zodiac por la bahía, donde pudimos ver algunas focas.

Pero lo mejor llegó por la noche. Finalmente llegó la hora de acampar, después de que el Equipo de Expedición se esforzara tanto por sacarnos del barco para una noche de acampada, esta fue la noche. Las condiciones eran perfectas Después de optimizar los grupos para que salieran todos los interesados, todo fue muy rápido y llegamos a tierra en un lugar precioso. Nos instalamos en nuestro campamento y pudimos disfrutar de la puesta de sol y de la increíble luz alrededor de nuestra casa para pasar la noche. Estábamos bien protegidos ya que un buque de guerra chileno estaba anclado en la bahía, pero no hay problema, podemos compartir este hermoso lugar con los demás.

Nos quedamos en la playa y mientras las estrellas se hacían cada vez más visibles, nos dimos cuenta de lo increíble que puede ser el cielo sin ningún tipo de contaminación lumínica o de emisión.

Menudo día y mientras unos disfrutan del lugar de acampada, los otros disfrutando de las copas en el bar y de las calentitas y acogedoras camas en nuestro querido Plancius.

Esta mañana comenzó temprano para 50 felices campistas, nos despertamos a las 3 en punto después de pasar una hermosa noche en nuestro camping. Nuestras zodiacs empezaron a llegar al lugar de desembarco, entre sonrisas y caras de sueño nos abrigamos y volvimos al barco. Nos esperaban bebidas calientes y deliciosos pasteles.

Unas horas más tarde, con un delicioso desayuno en el comedor, nos preparamos para el desembarco en la isla Peterman. La isla Peterman se extiende 1,8 por 1,2 km (1,1 por 0,7 millas) y se eleva a una altura de unos 250 metros (820 pies). En 1909, el explorador francés Jean-Martin Charcot invernó su barco, Pourquoi Pas, en una pequeña bahía del lado sureste de la isla.

El hermoso paisaje era aún más impresionante con algunos osos marinos y una pequeña colonia de Gentoos, que nos regalaron algunos momentos simpáticos. Justo enfrente de nuestro lugar de desembarco, pudimos observar algunas ballenas jorobadas nadando.

Después de esta increíble mañana, regresamos al Plancius para disfrutar de un merecido almuerzo buffet.

Por la tarde nos esperaba la isla de Pleneu donde realizamos un bonito crucero en zodiac. Vimos diferentes tipos de icebergs, con las más increíbles formas y tonos de azul. Un grupo de Focas cangrejeras nos regaló momentos muy agradables y naturales que compartimos después con todas las fotos que hicimos. Estaban simplemente "relajándose" en los icebergs, a veces mirando hacia arriba para tumbarse de nuevo. Una foca leopardo nos dio la oportunidad de hacer muchas fotos. Nuestro regreso al barco fue emocionante! un poco de viento y olas hicieron nuestro viaje aún más especial y un poco húmedo.

Una vez en el salón, Steffi nos habló del "Círculo de la vida de los pingüinos" en la recapitulación. Keechy hizo un breve resumen sobre los glaciares y los icebergs, "Ice ice baby".

Todos los días teníamos sorpresas, ¡y hoy ha sido una de ellas! Por la tarde nos esperaba una barbacoa increíble en la cubierta. ¡La forma más especial de terminar este magnífico día!

¡Arriba y bienvenidos a otro hermoso día en la Antártida! Después de un exuberante desayuno salimos a disfrutar del cielo azul en Portal point. Entre el barco y el desembarco se avistaron algunas Yubartas por lo que se hizo un desvío para disfrutar de las ballenas de cerca. Después de este increíble encuentro con una madre y su cría, salimos a tierra y fuimos recibidos por una gorda Foca de Weddell, que de vez en cuando se rascaba la cabeza. Detrás de la foca de Weddell había varias focas peleteras, una de ellas muy activa. La foca corría de un lado a otro con la cola y las aletas delanteras e intentaba ladrar a las otras focas dormidas como si quisiera despertarlas y que se unieran a él para jugar fuera. Las otras focas, sin embargo, sólo levantaban la cabeza y ladraban como si quisieran decir "vete, déjame dormir" 😉 . Fue un espectáculo muy entretenido de observar.

Señalizado con los palos rojos en la nieve, detrás de las focas de Weddell y los osos marinos había un sendero para subir a una colina y disfrutar de una vista impresionante de los glaciares, los icebergs y el Plancius. Como extra, la Yubarta y su cría seguían nadando entre el barco y la orilla y frente a los glaciares. El espectáculo fue un verdadero festín para los ojos. Cuando todos dimos nuestros pasos del día, volvimos a las zodiacs para desplazarnos de vuelta al barco, pero, por supuesto, no sin antes detenernos de nuevo junto a la ballena para disfrutar de un último encuentro.

Tras el sabroso almuerzo, algo de descanso y un café, volvimos a salir para seguir disfrutando del sol, esta vez en un crucero en zodiac por el puerto de Foyn. Este lugar estaba lleno de historia de la época ballenera de principios del siglo XX, siendo la principal atracción un pecio medio sumergido del barco 'Governoren'. La tripulación de este barco había estado cazando ballenas durante toda una temporada y recogido gran cantidad de aceite de ballena en el barco. Completamente cargados y felices de volver a casa con sus seres queridos y a la comodidad de sus hogares, decidieron celebrar una fiesta antes del largo camino de vuelta. Por desgracia, una de las velas se cayó y el barco, aún lleno de aceite de ballena, estalló en llamas, por lo que el capitán tomó la rápida decisión de encallar el barco y poner a salvo a toda la tripulación.

También encontramos restos de barcos de agua (wherry's de cubierta completa), que se utilizaban tanto para obtener hielo y nieve para derretir como fuente de agua dulce como para ayudar con el despiece de las ballenas y transportar partes de grasa y carbón entre la costa y el barco. Aunque estos barcos eran de madera, se conservaban en muy buen estado. Esto se debe a que la madera no se da de forma natural en la Antártida, por lo que no existe una comunidad microbiana que pudiera degradar estos barcos de madera. También encontramos restos de un antiguo muro que se utilizaba para almacenar el carbón en tierra, ya que estos barcos solían utilizar mucho carbón. Después de intentar buscar los botes salvavidas, que supuestamente estaban en algún lugar de tierra a, algunas de las zodiacs se dirigieron a los icebergs del otro lado de la isla y otras fueron a ver algunas ballenas de cerca. Todos sentimos que nos vendría bien un momento de silencio durante todas nuestras ajetreadas aventuras y simplemente disfrutar en silencio de la belleza que nos rodeaba. Apagamos los motores y flotamos escuchando a los pájaros, las ballenas, los icebergs y sintiéndonos en paz con la naturaleza. Como todos nos dejamos llevar un poco, se nos hizo un poco tarde para volver al barco y el silencio se contrarrestó con un rápido y divertido viaje de vuelta al barco.

Como siempre, nos esperaban un café/té y un pastel y disfrutamos de una recapitulación de Martin con una fascinante presentación sobre por qué los pingüinos pueden ver bajo el agua, y Paolo nos explicó más sobre los restos de los periodos balleneros que habíamos observado ese día.

Este día de buen tiempo fue un bienvenido descanso después de los fuertes vientos que encontramos el día anterior, ¡cada aventura es única!

El día comenzó muy temprano con un delicioso desayuno. Llegamos temprano para poder disfrutar de un desembarco en la Isla Decepción - Bahía Balleneros. Desde el principio supimos que iba a ser un desembarco muy especial. Llegamos a esta isla con forma de anillo, que en realidad es la caldera de un volcán activo. La caldera tiene una entrada estrecha, de sólo 230 metros de ancho, llamada Fuelle de Neptuno.

Como el volcán de la isla Decepción está activo, la actividad geotérmica sigue teniendo lugar dentro de la caldera. Se han registrado temperaturas del agua del mar de 70°C (150°F), y ya en 1970 se produjeron erupciones. Fondeadores, balleneros, exploradores y científicos han navegado hasta el Puerto Foster de la isla desde 1820, y aún pueden verse restos de estas expediciones. Nuestro desembarco comenzó con diferentes restos de toda la historia que tiene esta isla. Desde edificios de los Balleneros, y la Base B Británica que actuó como centro de la Expedición de Reconocimiento Aéreo de las Dependencias de las Islas Malvinas.

La playa de belleza con vapor, nos dio la oportunidad de tomar fotos increíbles. A lo largo de la playa había algunas focas peleteras; se mostraron un poco curiosas con nosotros, y con algunos "ruidos" nos indicaban que mantuviéramos la distancia.

Justo al final de la playa y tras una pequeña caminata llegamos a un mirador sobre Neptune's Window y Southeast Point. Desde esta cima disfrutamos de unas estupendas vistas de Port Foster y de unas pequeñas columnas de roca llamadas las "Agujas de la Máquina de Coser".

Después de esta increíble mañana, regresamos al Plancius para disfrutar de un increíble buffet.

Por la tarde Claudio nos preparó para nuestro último desembarco en la Antártida. Llegamos en nuestras Zodiacs a la Isla Media Luna. Justo en la playa algunos gentoos, lobos marinos y un elefante marino nos esperaban para tomarnos unas últimas fotos. También encontramos un viejo barco de la época ballenera, de más de 100 años de antigüedad. Subiendo desde la playa nos sorprendió una impresionante vista de un magnífico glaciar. ¡Caminando un poco más finalmente encontramos un grupo de Pingüinos barbijos! También un montón más de lobos marinos y tres elefantes marinos somnolientos que estaban descansando en la playa.

Lamentablemente llegó la hora de despedirnos de esta hermosa playa y regresar a Plancius.

Una sorpresa más nos esperaba, chocolate caliente en la cubierta, donde empezamos a compartir historias y risas, todo ello con el magnífico paisaje de fondo.

Una vez en el salón escuchamos atentamente a John, uno de nuestros queridos pasajeros, que compartió sus conocimientos sobre volcanes y geología en una charla muy interesante.

Para terminar este increíble día, disfrutamos de una magnífica cena compartiendo historias. Hoy también es el día de San Patricio. La pequeña comunidad irlandesa de Plancius lo aprovecha al máximo y todo el mundo se viste de verde y se sirve cerveza verde en el bar hasta altas horas de la noche.

Cuando nos despertamos esta mañana, el Plancius se había adentrado bastante en el paso de Drake. Tenemos suerte y el tiempo es bueno y las olas no son demasiado altas, así que navegamos a buena velocidad hacia el norte y el balanceo de nuestro barco es suave. Empezamos a ver de nuevo las grandes aves marinas. Albatros y Paíños navegan entre las olas, agitándose con el viento.

Koen continúa sus clases de fotografía con una de edición fotográfica por la mañana. Nos enseñó Lightroom y cómo corregir fácilmente las fotos que no son perfectas. Antes del almuerzo Steffi también se las arregló para hacer un hueco en una conferencia sobre las ballenas. En este viaje hemos tenido mucha suerte y hemos visto muchas Yubartas casi todos los días.

Las condiciones del mar seguían siendo buenas, así que el almuerzo buffet fue fácil y agradable.

Después del café Magnus dio una conferencia sobre la historia de la caza de ballenas y un poco sobre cómo los océanos están regulados internacionalmente hoy en día.

Ahora hemos dejado la Antártida y devolvemos nuestro equipo prestado así que por la tarde se recogen todas las botas y la ropa en el cuarto de botas.

Antes de la recapitulación, a última hora de la tarde, Keechy nos habla de los glaciares y el cambio climático, como continuación de su recapitulación sobre el hielo. En el recapitulativo Steffi muestra un corto sobre la isla Decepción y otro sobre pingüinos juanitos que se arrancan guijarros unos a otros.

El mar sigue moderado, así que la cena es tranquila y agradable y disfrutamos de unas horas de tertulia en el salón antes de irnos a dormir.

Hoy Drake nos sacude un poco más. Nos despertamos con rachas de más de 40kt y olas de 4,5 metros de altura. Muchos de nosotros conseguimos desayunar, pero ahora las sillas se caen y es un poco difícil conseguir segundos. A pesar de ello, la mayoría nos sentimos bien y nos reunimos para la presentación de Martins sobre el anillamiento de aves a media mañana.

Después de Martin, Paolo da una conferencia sobre el tiempo. Paulo es un experto en meteorología, así que nos explica cómo se hace el trazado de rutas meteorológicas.

Las condiciones siguen siendo duras, pero conseguimos disfrutar de un gran almuerzo con las olas salpicando los ojos de buey del comedor.

Después de comer, el Plancius ha llegado a aguas menos profundas en la plataforma continental y ligeramente por detrás del famoso Cabo de Hornos, lo que nos protege de las olas. El Plancius se mueve con más suavidad y todos podemos sentarnos en el salón para escuchar la conferencia de Valerie sobre el explorador Otto Nordenskjold. Por la noche, brindamos con el capitán Ernesto y los guías para celebrar una fantástica expedición a uno de los lugares más remotos del planeta

Mientras disfrutábamos de un último desayuno a bordo, sacaron nuestras maletas del barco. Es un momento triste desembarcar del Plancius, que ha sido un hogar cómodo y acogedor durante este viaje inolvidable. Hemos compartido muchos momentos únicos, hemos visto una fauna rara y hemos hecho nuevos amigos. Cargados de buenos recuerdos, ahora debemos volver a casa. Continuaremos nuestras aventuras, ya sea volviendo a casa o experimentando lo que Sudamérica tiene que ofrecer. En el muelle, junto a nuestro pequeño barco azul amarrado en Ushuaia, nos despedimos, con muchos abrazos y algunas lágrimas... y hasta la próxima, nos deseamos buena salud y buenos vientos.

El equipo de expedición ha disfrutado explorando junto con todos los invitados. Por supuesto, estas operaciones sólo se desarrollan sin problemas gracias a la coordinación entre todos los departamentos a bordo del Plancius. Así que, a todas las personas dedicadas y decididas que han participado en esta aventura, les damos las gracias y les damos las gracias.