Fecha: | 07.11.2018 |
Posición: | 54°51.1'S, 068°01.4'O |
Viento: | NW 3 |
Temperatura del Aire: | +10 |
Es última hora de la tarde en el muelle de Ushuaia cuando llegan los primeros nuevos pasajeros para embarcar en el Ortelius. A medida que los autobuses comienzan a llegar, la emoción en el aire es palpable. El personal de la expedición saluda a cada uno de los huéspedes cuando suben por la pasarela por primera vez y los dirige a la recepción para que se registren. El director del hotel, DJ, y su ayudante Alex, asignan rápidamente a todos los pasajeros sus camarotes, donde pasarán los próximos 10 días. Tras un breve periodo para instalarse, se invitó a todos los huéspedes a pasar al salón para conocer las normas de la casa y realizar simulacros de seguridad. DJ hizo una presentación sobre el funcionamiento del barco y los horarios de las comidas, seguida de un simulacro completo de abandono del buque. Los pasajeros probaron sus chalecos salvavidas antes de pasar a su bote salvavidas correspondiente. Una vez finalizados estos ejercicios, el Ortleius estaba listo para zarpar. Alejándose suavemente del muelle y dirigiéndose a través del Canal de Beagle, el Ortleius se dirigió hacia mar abierto rodeado a ambos lados por montañas. Un grupo de Pingüinos magallánicos se acercó al barco mientras éste se alejaba. A las 18:30 se invitó de nuevo a los pasajeros a subir al salón para el cóctel del capitán. El capitán Ernesto se presentó a la multitud y dio su opinión sobre la primera vez que vio la Antártida. A continuación, Lynn se presentó como Jefa de Expedición antes de presentar a su personal de expedición, cada uno con sus propias anécdotas sobre cómo "les picó el gusanillo de la Antártida". Una vez terminadas las presentaciones, llegó la hora de cenar en el comedor. DJ y su equipo sirvieron una maravillosa cena de tres platos, para deleite de todos los nuevos a bordo. Después de la cena, sin más sesiones informativas ni reuniones, la mayoría de los nuevos pasajeros y el personal de expedición se reunieron de nuevo en el salón. Tras conocerse unos a otros y hablar de las numerosas actividades que se iban a llevar a cabo en los 10 días siguientes, todos estrecharon lazos mientras tomaban unas copas en el bar, donde Rolando les atendió de maravilla y les hizo bromas ingeniosas. El médico también se pasó por el barco para explicar a los interesados cómo controlar los mareos durante los próximos días en el famoso Paso de Drake. El personal informó a los pasajeros de que durante la noche entraríamos en el pasaje y que lo más probable es que el barco se moviera mucho más. Armados con esta información, los pasajeros se retiraron a pasar su primera noche con sus nuevos compañeros de camarote en esta nueva aventura.