PLA17-17, diario de viaje, Scoresby Sund, Aurora boreal

Llegamos al muelle de Akureyri sobre las tres de la tarde, tras un pintoresco viaje en autobús desde Reikiavik hacia el norte. Nos instalamos en nuestros camarotes y nos reunimos por primera vez en la Sala de Observación, para una primera bienvenida por parte de nuestra jefa de expedición Katja y un simulacro e información de seguridad obligatorios. La sesión informativa corrió a cargo del primer oficial Artur, que nos habló de la seguridad del barco y de cómo prepararnos para lo peor. Se hizo un simulacro de alarma general (siete pitadas cortas seguidas de una larga) y todos nos pusimos los chalecos salvavidas naranjas SOLAS y nos reunimos en el salón guiados por la tripulación y el personal. Tras pasar lista para asegurarnos de que todo el mundo estaba presente, nos dirigimos a los botes salvavidas con la esperanza de no tener que volver a utilizarlos. Tras una breve pausa para disfrutar de esta navegación panorámica, Katja nos invitó a otra sesión informativa sobre la vida a bordo impartida por Dejan. Dejan nos presentó los interiores del barco, las operaciones del hotel y el edicto del comedor. El capitán Evgeny se unió a nosotros en el salón para un brindis de bienvenida antes de presentar al equipo de expedición. Sin embargo, esta presentación se vio interrumpida por nuestro primer encuentro con la vida salvaje: 4-5 ballenas jorobadas se estaban alimentando alrededor del barco. Disfrutamos del espectáculo de las ballenas jorobadas hasta que nos invitaron a bajar al comedor para nuestra primera deliciosa cena preparada por el Jefe de Cocina Ralf y su equipo.

Ayer todo estaba muy tranquilo al salir del fiordo, pero eso no duró demasiado. Durante la noche aumentó el viento y empezó el movimiento del barco, que cabeceaba arriba y abajo y de vez en cuando parecía que nos levantábamos sobre las camas. Por la mañana, el comedor estaba bastante vacío, pero algunos valientes consiguieron desayunar. A las 10 de la mañana, Kasper dio una interesante conferencia sobre los aspectos históricos del este de Groenlandia, un tema que le apasiona. Empezó con los primeros asentamientos inuit, siguió con los viajes de los vikingos y luego con la época moderna de la historia danesa en Groenlandia oriental. El viento seguía aumentando, alcanzando los 50 nudos (casi 100 km por hora), pero la vida a bordo continuaba y a las 12:30 era hora de otra comida. Después de comer el tiempo empeoró, fuertes vientos con una tormenta de nieve. Un Plancius se abría paso valientemente entre las olas, la mayoría nos quedamos en nuestros camarotes para evitar caminar por el barco. Por la tarde se pospuso la conferencia de Åsa hasta que mejoraran las condiciones meteorológicas. El viento siguió subiendo hasta alcanzar los 50 nudos y las rachas de 70 nudos. Por la noche, Katja anunció que la recapitulación se pospondría para el día siguiente debido a los movimientos del barco. Así que, en su lugar, se proyectó una serie de documentales de Frozen Planet en la sala de observación. Algunos de nosotros vimos esta apasionante película antes de la hora de cenar. Por la noche, la tripulación y el personal pasaron por todos los camarotes repartiendo manzanas y galletas para los que no habían podido llegar hasta el comedor. Más tarde nos fuimos a dormir con la esperanza de que las condiciones mejoraran pronto y habiendo experimentado las verdaderas fuerzas del estrecho de Dinamarca.

La mayoría de nosotros ya estábamos despiertos cuando oímos la llamada de Katja. Nos habíamos balanceado y cabeceado durante toda la noche, pero por suerte nuestro hogar flotante era cada vez más estable a medida que nos adentrábamos en Scoresby Sund. Ahora el comedor estaba repleto de compañeros de viaje recuperándose del mareo, todos habíamos recuperado el color en las mejillas. Tras un merecido desayuno nos reunimos en el salón para conocer al resto del personal cuya presentación se había pospuesto debido a las increíbles ballenas jorobadas que aparecieron el primer día. A continuación continuamos con las obligatorias sesiones informativas de seguridad AECO y Oso polar durante las cuales Katja nos explicó las pautas que todos deberíamos cumplir para realizar un turismo responsable en la zona y cómo comportarnos en tierra de osos. Después de comer todos nos preparamos para nuestra primera actividad del viaje, un crucero en zodiac por Vikingbugt. Afortunadamente, el viento se había calmado por completo y la niebla se había disipado lo suficiente como para permitirnos admirar el paisaje de los alrededores y el glaciar que se deslizaba en las profundidades de la bahía, el responsable de muchos de los icebergs por los que planeábamos navegar. La nieve caía lentamente, otorgando a todo lo que tocaba un encanto especial. Nos adentramos suavemente en la bahía, rodeamos los icebergs de infinitas formas y colores y pasamos junto a las columnas de basalto que hacían asombrarse por sus curiosos contornos. A pesar de lo avanzado de la temporada, algunos de nosotros conseguimos avistar un arao juvenil nadando en el agua, una Gavión hiperbóreo y algunos cuervos volando por los alrededores. Después de casi dos horas de crucero volvimos al barco donde Sava nos sorprendió con un chocolate caliente que no podía encajar mejor con nuestras necesidades, ¡qué encantadora bienvenida! Esa misma tarde fuimos al salón a escuchar la conferencia de Åsa sobre el cambio climático, "The shifting Arctic", que nos ayudó mucho a despejar dudas y a ser más conscientes de los cambios en las Regiones Polares. Poco después de la recapitulación tuvimos una visita, era el Rembrandt Van Rijn, el velero de la otra compañía que se acercaba para que les entregáramos sus provisiones. Fue realmente pintoresco ver el velero de tres mástiles tan cerca de nosotros mientras las zodiacs iban y venían con las provisiones. Durante la recapitulación nos enteramos de nuestros planes futuros y luego Andreas y Valeria nos explicaron la formación de las columnas de basalto y por qué el hielo es azul. DJ nos invitó a cenar y todos seguimos hablando de nuestro primer día en Scoresby Sund.

Tras una noche muy tranquila, nos despertamos en un paraíso invernal con nieve cayendo y nubes brumosas que cubrían los icebergs que rodeaban el barco. Después de desayunar, subimos a nuestras zodiacs para explorar este blanco paisaje surrealista. Mientras explorábamos el mundo helado, aprendimos sobre el origen de los icebergs y también cómo se pueden ver los diferentes patrones, capas y coloración de los icebergs y a partir de ahí leer bastante sobre cómo su historia. Navegar entre estos gigantes, algunos de 80 metros de altura, es algo inspirador. Así que algunos barcos optan por apagar el motor y flotar en silencio durante un rato. Parecía una buena idea, pero para el barco pilotado por Kasper, el silencio duró un poco más de lo esperado, porque el motor de su embarcación no volvió a arrancar. Así que los invitados del barco de Kasper fueron transferidos a otros barcos y él fue remolcado de vuelta a Plancius para ser reparado. Con un nuevo juego de bujías de arranque, ¡volvió a funcionar! Mientras tanto, el resto de los barcos desembarcaron para subir rápidamente a una pequeña colina de la Røde Ø (la isla roja) y disfrutar de una magnífica vista de los icebergs varados. Tras una mañana en la nieve y en el agua, regresamos a Plancius para almorzar y realizar un crucero por los fiordos hacia la actividad de esta tarde. Mientras navegábamos hacia el norte, el equipo del hotel nos abrió la Tienda del Barco y el grupo de la agencia de viajes alemana Polar News se reunió con su guía acompañante Julia. Por la tarde, llegamos a Rypefjord y a nuestra segunda salida del día. Este desembarco era nuestra primera posibilidad real de hacer senderismo en Groenlandia, así que nos reunimos en la playa tras un breve traslado en zodiac. Exploramos la tundra y estuvimos atentos a la fauna, lo que en esta época del año puede resultar difícil, pero fue agradable estirar las piernas y sudar un poco. Cuando volvimos al lugar de desembarco, nos encontramos con una pequeña sorpresa, ya que las tablas de mareas en la zona son casi inexistentes, nuestros barcos estaban como atascados en el fondo del desembarco. Así que volver a bordo llevó un poco más de tiempo de lo esperado y el equipo de expedición estuvo trabajando duro para llevar a todos sanos y salvos de vuelta a nuestro hogar lejos de casa. Después de todo esto, cuando todo el mundo estaba de vuelta a bordo, nos llamaron para una cena especial en la popa, donde DJ y el equipo del hotel nos habían preparado una cena especial de barbacoa ártica con vino, cerveza y baile. Otro día y otra noche maravillosos en el Ártico

El primer desembarco del día fue en Jytte Havn, donde nos dividimos en distintos grupos de excursionistas que exploraron el paisaje a su aire. Las aguas de East Greenald no están muy bien surcadas, por lo que Plancius tuvo que fondear un poco en el fiordo y las zodiacs nos ofrecieron una hermosa aproximación a tierra yendo y viniendo entre los icebergs. Tras nuestra excursión en Jytte Havn, nuestro capitán Evgeny nos ofreció un hermoso crucero entre los icebergs de camino a Sydkap. Nos reunimos en las cubiertas exteriores del Plancius e hicimos muchas fotos Al acercarnos a Sydkap, descubrimos una manada de bueyes almizcleros y cambiamos rápidamente nuestro lugar de desembarco. Aterrizamos en una playa cercana a unos restos de la cultura Thule y reunimos a todos los transeúntes antes de acercarnos a la colina donde pastaban los animales. Es difícil acercarse a un grupo de animales con más de 100 personas, pero todos conseguimos echar un vistazo a aquellos fantásticos animales antes de que se alejaran de nosotros. Lo más probable es que se tratara de un macho y alguna hembra con crías. Los bueyes almizcleros están perfectamente adaptados al clima frío por tener una capa interior de lana y una exterior de pelo largo. Gracias a este pelaje compacto, no necesitan gastar energía innecesaria para mantener una temperatura corporal adecuada. Durante la noche, nos llevamos otra sorpresa: ¡la aurora boreal! Katja nos despertó a las 02.00 de la mañana, nos vestimos y salimos a cubierta, donde pudimos disfrutar de la aurora boreal en el cielo.

El reloj acababa de dar las 7 cuando oímos la llamada de Katja para despertarnos. Las condiciones eran tranquilas esta mañana y el sol brillaba tímidamente mientras navegábamos hacia la ensenada Hurry para nuestro desembarco matutino. Tras un energético desayuno estábamos listos junto a la pasarela para embarcar en las zodiacs, pudimos ver cómo las nubes se acercaban y la nieve empezaba a caer. Para cuando estuvimos todos en tierra reunidos alrededor de los restos de una casa Thule, los copos de nieve habían añadido un toque mágico al paisaje. Era un ambiente perfecto para escuchar a Kasper, que nos llevaba en un viaje de cientos de años al pasado, a los días de la cultura Thule. Cuando el cielo se despejó un poco, paseamos por el lugar dentro del perímetro que marcaba el personal, dedicando tiempo a explorar la vida más pequeña del suelo y a disfrutar de un momento de soledad en estas remotas latitudes. Antes de regresar al barco, los más valientes del grupo se dieron un chapuzón polar en las gélidas aguas de la ensenada mientras el personal repartía las toallas y las lanchas estaban listas para subir enseguida a bordo a los locos nadadores. Mientras almorzábamos, el barco se reposicionó frente a Ittoqqortoormiit, el asentamiento más septentrional del este de Groenlandia. Antes de desembarcar, Birgit nos dio una visión de la cultura groenlandesa, su forma de vida y cómo interpretar lo que veríamos; fue una charla que nos abrió la mente y nos ayudó mucho a aclarar muchas cosas sobre la sociedad inuit actual. Pasamos la tarde paseando por el pequeño pueblo de casas de colores y carreteras en montaña rusa; la mayoría visitamos la oficina de turismo, y la casa y el lugar de trabajo del sheriff, donde su mujer exponía sus obras de arte. Volvimos al barco con impresiones diferentes sobre este remoto pueblo en el límite de Groenlandia oriental, pero agradecidos de haber tenido la oportunidad de ver con nuestros propios ojos cómo vive la gente del norte en este lugar extremo de la tierra. A la hora del recapitulación, Dj nos trajo la no tan buena noticia del ajuste de cuentas, que también significaba que desgraciadamente el viaje llegaba a su fin. Katja nos informó de las previsiones para la travesía y luego Lothar, un conferenciante invitado, nos dio una pequeña charla sobre las auroras boreales, seguida de Åsa, que nos ayudó a identificar algunas de las plantas que habíamos visto, y de Seba, que nos habló del ciclo vital de los bueyes almizcleros. Poco después de cenar estábamos en aguas abiertas y la mayoría nos fuimos a nuestros camarotes buscando refugio y esperando que soplaran buenos vientos durante el día siguiente.

Mira siempre el lado bueno de la vida - un famoso dicho de un grupo aún más famoso de cómicos, y para nosotros a bordo del Plancius, parece ser nuestro mantra para el viaje. Porque una vez más nos encontramos en alta mar. Así que fue muy apropiado que DJ y Katja hicieran una llamada de atención conjunta en inglés y alemán, acompañados por las melodías de los Monty Python. Desayunar mientras el barco se escora y se balancea es una experiencia interesante, cuando todo se mueve sobre las tablas. Después de desayunar, Andreas tiene un maratón de conferencias, porque primero hace una sobre glaciares en inglés y luego directamente cambia para hacer la misma en alemán, puh. Después de comer, seguimos dando tumbos, pero cada vez son más los que salen de los camarotes para tomar el aire y disfrutar de las primeras vistas de Islandia en el horizonte. Por la tarde Asa tiene una conferencia sobre el otro extremo del mundo, con una charla sobre los viajes que Oceanwide hace a las islas antárticas de Malvinas, Georgia del Sur y por supuesto a la propia Antártida. A medida que Islandia se acerca más y más, pronto estamos al sur del Círculo Polar Ártico y pronto llegó el momento de un montón de despedidas. Katja y el equipo se despiden y todos animamos con nuestro ciervo el capitán Levakov, luego cena y a hacer las maletas, pero con mucho gusto, a estas alturas ya estábamos al abrigo de los fiordos, así que hemos terminado con el balanceo por esta vez. La cena volvió a ser fabulosa y esta noche DJ hizo una presentación de gran parte del personal de la galera y del hotel, una muy buena manera de agradecer todo el duro trabajo que hicieron en este viaje. Luego nos fuimos a la cama por última vez antes de la salida de mañana.

Después del desayuno llegó el momento de decir adiós - a los fantásticos días a bordo del Plancius, del equipo, de los nuevos amigos encontrados... Los autobuses ya nos estaban esperando, y el pequeño barco azul de expedición que se había convertido en un hogar para nosotros en las últimas dos semanas tuvo que ser dejado atrás mientras conducíamos hacia Reykjavik para continuar nuestro viaje o volver a casa. Nunca olvidaremos este viaje y sus momentos inolvidables que fueron - también para el trotamundos entre nosotros - una aventura increíble con impresiones únicas del noreste de Groenlandia. Ahora sabemos definitivamente lo que se siente al contagiarse del virus polar del que hablaba el equipo de expedición. Uno u otro ya está planeando en su mente el próximo viaje al lejano Norte, o quizás al lejano Sur. Muchas gracias por este maravilloso viaje, por vuestra flexibilidad y entusiasmo. Estamos deseando volver a verles a bordo en cualquier momento: ¡en el Norte, en el Sur o en algún lugar intermedio! Distancia recorrida en nuestro viaje: 988 millas náuticas En nombre de Oceanwide Expeditions, el Capitán Evgeny Levakov, la Jefa de Expedición Katja Riedel, el Director del Hotel Dejan Nikolic y el resto de la tripulación y el personal a bordo del MV Plancius: ¡Les deseamos todo lo mejor y un buen viaje de vuelta a casa!